sábado, 19 de marzo de 2011

LEONARDO DA VINCI: UN GENIO

Leonardo da Vinci fue pintor, escultor, ingeniero, arquitecto, físico, biólogo, filósofo, geómetra, botánico, modisto, inventor de juegos de salón y de utensilios de cocina, cartógrafo, autor de tratados de óptica, diseñador de jardines, decorador de interiores, urbanista, fundidor... Y en cada una de estas facetas sus capacidades asombraron a sus contemporáneos. Posiblemente no haya en la historia de la humanidad un hombre con un historial tan completo.
 Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fue la clave tanto de su comportamiento artístico como científico. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte. Sus investigaciones científicas —sobre todo en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica— anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna.

Leonardo nació el 15 de abril de 1452 en el pueblo toscano de Vinci, próximo a Florencia. Hijo de un rico notario florentino y de una campesina, a mediados de la década de 1460 la familia se instaló en Florencia, donde Leonardo recibió la más exquisita educación que esta ciudad, centro artístico e intelectual de Italia, podía ofrecer. Leonardo era elegante, persuasivo en la conversación y un extraordinario músico e improvisador. Hacia 1466 acude a formarse al taller de Andrea del Verrocchio, figura principal de su época en el campo de la pintura y escultura. Junto a éste, Leonardo se inicia en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce.

En 1472 entra a formar parte del gremio de pintores de Florencia y en 1476 todavía se le menciona como ayudante de Verrocchio, en cuya obra El bautismo de Cristo (c. 1470, Uffizi, Florencia), pintó el ángel arrodillado de la izquierda y el paisaje de matices neblinosos. En 1478 Leonardo alcanzó la maestría. Su primer encargo, un retablo para la capilla del Palazzo Vecchio, del ayuntamiento florentino, no llegó a ejecutarse. Su primera gran obra, La adoración de los Magos (Uffizi), que dejó inacabada, se la encargaron los monjes de San Donato de Scopeto, cerca de Florencia, hacia 1481. Otras obras de su etapa juvenil son la denominada Madonna Benois (c. 1478, Ermitage, San Petersburgo), el retrato de Ginebra de Benci (c. 1474, Galería Nacional, Washington) y el inacabado San Jerónimo (c. 1481, Pinacoteca Vaticana). En 1482 Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho, sirvió al duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto.

Además, ayudó al matemático italiano Luca Pacioli en su célebre obra La divina proporción (1509). Existen evidencias de que Leonardo tenía discípulos en Milán, para los cuales probablemente escribió los textos que más tarde agruparía en su Tratado de pintura (1651). La obra más importante del periodo milanés son las dos versiones de la Virgen de las rocas (1483-1485, Louvre, París, década de 1490-1506-1508, National Gallery, Londres), donde aplica el esquema compositivo triangular que encierra a la Virgen, el Niño, san Juan y el ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.


De 1495 a 1497 trabaja en su obra maestra La última cena, pintura mural para el refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie, Milán. Desgraciadamente, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro hacia el año 1500. Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación y en 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras. Aunque la mayor parte de la superficie original se ha perdido, la grandiosidad de la composición y la penetración fisionómica y psicológica de los personajes dan una vaga visión de su pasado esplendor. Durante su larga estancia en Milán, Leonardo también realizó otras pinturas y dibujos (la mayoría de los cuales no se conservan), escenografías teatrales, dibujos arquitectónicos y modelos para la cúpula de la Catedral de Milán. Su mayor encargo fue el monumento ecuestre en bronce a tamaño colosal de Francesco Sforza, padre de Ludovico, para su ubicación en el patio del castillo Sforzesco. Sin embargo, en diciembre de 1499, la familia Sforza fue expulsada de Milán por las tropas francesas. Leonardo dejó la estatua inacabada (fue destruida por los arqueros franceses que la usaron como diana) y regresó a Florencia en 1500. De esta primera etapa milanesa también cabe citar algunos retratos femeninos como el de La dama del armiño (Museo Czartoryski, Cracovia). Durante su estancia en Florencia, viaja un año a Roma. En 1502 Leonardo entra al servicio de César Borgia, duque de Romaña, hijo del papa Alejandro VI. En su calidad de arquitecto e ingeniero mayor del duque, Leonardo supervisa las obras en las fortalezas de los territorios papales del centro de Italia. En 1503, ya en Florencia, fue miembro de la comisión de artistas encargados de decidir sobre el adecuado emplazamiento del David de Miguel Ángel (1501-1504, Academia, Florencia), y también ejerció de ingeniero en la guerra contra Pisa. Al final de este año comenzó a planificar la decoración para el gran salón del Palacio de la Signoria con el tema de la batalla de Anghiari, victoria florentina en la guerra contra Pisa.


Realizó numerosos dibujos y completó un cartón en 1505, pero nunca llegó a realizar la pintura en la pared. El cartón se destruyó en el siglo XVII, conociéndose la composición a través de copias como la que realizó Petrus Paulus Rubens. Durante su segundo periodo florentino, Leonardo pintó varios retratos, pero el único que se ha conservado es el de La Gioconda (1503-1506, Louvre, París), el retrato más famoso de toda la historia de la pintura, también conocido como Monna Lisa, al identificarse a la modelo con la esposa de Francesco del Giocondo que llevaba ese nombre, aunque se han barajado varias hipótesis sobre su verdadera identidad. Si algo merece destacarse de forma especial es la enigmática sonrisa de la retratada. Parece ser que Leonardo sentía una gran predilección por esta obra ya que la llevaba consigo en sus viajes. En 1506 Leonardo regresó a Milán al servicio del gobernador francés Carlos II Chaumont, mariscal de Amboise. Al año siguiente fue nombrado pintor de la corte de Luis XII de Francia, que residía por entonces en la ciudad italiana. Durante los seis años siguientes Leonardo repartió su tiempo entre Milán y Florencia, donde a menudo visitaba a sus hermanastros y hermanastras y cuidaba de su patrimonio. En Milán continuó sus proyectos de ingeniería y trabajó en el monumento ecuestre de Gian Giacomo Trivulzio, comandante de las fuerzas francesas en la ciudad. Aunque el proyecto no se llegó a finalizar, se conservan dibujos y estudios sobre el mismo. De esta misma época parece ser la segunda versión de la Virgen de las rocas y Santa Ana, la Virgen y el Niño (c. 1506-1513, Louvre, París). Desde 1514 a 1516 Leonardo vivió en Roma bajo el mecenazgo de Giuliano de Médicis, hermano del papa León X. Se alojaba en el Palacio del Belvedere en el Vaticano, ocupándose fundamentalmente de experimentos científicos y técnicos. En 1516 se traslada a Francia a la corte de Francisco I, donde pasó sus últimos años en el castillo de Cloux, cerca de Amboise, en el que murió el 2 de mayo de 1519. A causa de que ninguno de los proyectos escultóricos de Leonardo fue finalizado, el conocimiento de su arte tridimensional sólo puede hacerse a través de sus dibujos. Idénticas consideraciones pueden aplicarse a su arquitectura. Sin embargo, en sus dibujos arquitectónicos, demuestra maestría en la composición de masas, claridad de expresión y fundamentalmente, un profundo conocimiento de la antigüedad romana. Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello, quizá más que ningún otro, el título de Homo universalis.


Livescience realizó un estudio para determinar cuales fueron las 10 mejores ideas del gran genio del renacimiento Leonardo da Vinci … arquitecto, escultor, pintor, inventor, e ingeniero …
1.    El hombre vitruviano  Da Vinci modeló su forma humana perfecta basándose en las proporciones postuladas por Vitruvius, un antiguo arquitecto romano. El bosquejo que Da Vinci realizó buscando las proporciones divinas del ser humano está acompañado de una larga nota en la que el maestro adjunta las indicaciones métricas y proporcionales del cuerpo y algunas observaciones como ésta : "la apertura de los brazos del hombre es igual a su altitud". La imagen es emblemática de la concepción humanista del hombre como microcosmos y de la teoría de las proporciones "ad quadratum" y "ad circulum" . Hoy en día es una de las figuras humanas más reconocida del mundo.
2.    Eras geológicas: A pesar de que la mayoría de sus contemporáneos explicaban la presencia de fósiles de moluscos en las cimas de las montañas como restos del gran diluvio universal, Dan Vinci razonó de una forma distinta. Supuso (correctamente) que las montañas debieron estar una vez por debajo de la línea costera, y que posteriormente se movieron dejando así la puerta abierta a investigación gelógica.
3. El vehículo autopropulsado: los diseños de Da Vinci para un vehículo autopropulsado fueron revolucionarios para su época. Su “coche” de madera, considerado el primer automóvil , se accionaba por la interacción de muelles con ruedas dentadas. Los científicos de un museo de Florencia construyeron una réplica en 2004 y descubrieron que funcionaba tal y como Da Vinci había ideado.
4. La ciudad ideal: Viviendo en una Milán asolada por la peste, Da Vinci imaginó una ciudad más eficiente, cómoda y ordenada a la que él estaría orgulloso de llamar hogar. Sus diseños arquitectónicos poseen un alto grado de detalle que incluso incluyen establos para caballos con tomas de ventilación para la entrada de aire fresco.

5. El tornillo aéreo: La imaginación de Da Vinci era impresionante en ideas relacionadas con máquinas voladoras, incluyendo varios planeadores equipados con alas abatibles. Este modelo de carcasa abierta, equipado con asientos y mandos para el piloto estableció las bases de la tecnología aérea.
6. El cañón de tres troneras: Siendo un pensador más que un combatiente, el poco aprecio de Da Vinci por los conflictos no le detuvo a la hora de imaginar diseños para cañones más eficientes como este. Con sus tres troneras y elevable mediante un gato, habría sido un arma temible en el campo de batalla, rápido y ligero y con una gran potencia de fuego.
 7. Planeador alado: Leonardo fue quien afrontó por primera vez el problema del vuelo e inventó una especie de aeroplano sin motor que sería capaz de volar sostenido por las corrientes de aire. Para ello se basó en un intensivo estudio sobre las alas de los murciélagos. Su máquina de volar funcionaba como un planeador, por lo que era incapaz de mantenerse mucho tiempo en el aire.
8. Puente Plegable: Da Vinci pensó que su puente giratorio podría emplearse en tiempo de guerra facilitando el juego estratégico. Los ligeros, pero robustos materiales, unidos a un sistema de enrollado a base de cuerdas y poleas, permitían a un ejército recogerlo fácilmente.
9. Equipo de inmersión: La fascinación de Da Vinci por el mar hizo que desarrollara muchos diseños encaminados a la exploración acuática. Su traje de buceo, estaba hecho de cuero y se conectaba a una manga de aire fabricada con cañas y a una campana que flotaba en la superficie. Una prueba de que el artista era además un hombre práctico se aprecia al ver que el traje incluía una pequeña bolsa para que el submarinista pudiera orinar en ella.
10. Escritura Especular
: La escritura especular es una forma de escribir que se logra trazando el lápiz sobre el papel en la dirección opuesta a la que es usada por la mayoría, de tal manera que el resultado es una imagen especular de la escritura normal ("al revés"): aparece normal cuando es reflejada en un espejo. Su empleo más común, cuando el idioma se escribe desde la izquierda hacia la derecha, es por parte de personas zurdas. A veces se utiliza como una forma extremadamente primitiva de cifrado. Su ejemplo más común en la actualidad puede verse al frente de las ambulancias, donde la palabra "AMBULANCIA" está en escritura especular con el objetivo de que los conductores que se encuentren delante de ella lean la palabra en el sentido normal en sus espejos retrovisores. ¿Fue una estratagema para frustrar a los copiones del renacimiento que miraban sus notas, o solo una forma de evitar las manchas de tinta de un zurdo al escribir? Sea cual sea el motivo, a Da Vinci seguramente le gustaba la escritura especular: la mayoría de sus escritos están garabateados en modo invertido.

DESCUBRIMIENTO DE LA PERSPECTIVA

La palabra latina perspectiva deriva de perspicere (ver claramente) y corresponde al griego skele (ciencia de la visión).

La perspectiva es un instrumento que ha venido siendo utilizado desde la antigüedad clásica y que ha servido durante siglos como método de representación de la realidad. Es la capacidad del artista para trazar volúmenes, es decir trazar objetos tridimensionales en una superficie de solo dos dimensiones; como lo es un lienzo, un muro o una hoja de papel. La perspectiva es el arte de dibujar para recrear la profundidad y la posición relativa de los objetos. En un dibujo, la perspectiva simula la profundidad y los efectos de reducción. Es también la ilusión visual que, percibida por el observador, ayuda a determinar la profundidad y situación de objetos a distintas distancias.
Lo que hoy en día entendemos como Perspectiva los griegos lo dividían en dos conceptos: Eskenografia (perspectiva lineal) y Eskiagrafia (técnica del sombreado o del
claroscuro).  Sabemos que los griegos conocían métodos para la realización de la perspectiva de los escenarios teatrales, una referencia a los cuales puede encontrarse en las pinturas pompeyanas

Durante la Antigüedad y la Edad media no existió distinción entre óptica y perspectiva; ya fuera porque los tratados ópticos tenían carácter abiertamente geométrico (textos griegos) o porque se dedicaban a problemas físicos y fisiológicos (textos árabes y medievales) en ningún caso se planteó el problema de la representación artística. Lo cual no excluye, obviamente, que tuvieran lugar intentos de utilizar la perspectiva en el arte.

A medida que el Renacimiento emergía, el foco de atención de los artistas se traslada hacia el pasado clásico, buscando influencias en la Grecia Antigua y Roma, llevando a profundos cambios tanto en los aspectos técnicos como en cuanto a los motivos y temáticas de la pintura y la escultura. Los pintores pasaron entonces a aumentar el realismo de sus trabajos usando las nuevas técnicas de perspectiva (recién redescubierta y bastante desarrollada), representando de un modo más realista las tres dimensiones. La manipulación de la luz y y la sombra, presente en los trabajos de Ticciano con contraste de tonos, fue realizada excelentemente mediante las técnicas de chiaroscuro y de sfummato desarrolladas por Leonardo da Vinci.
Si observamos las pinturas de antes del siglo XV, ninguna maneja objetos tridimensionales de una forma fluida y natural para el ojo humano.
Tuvo que ser hasta el siglo XV que esta tendencia cambió, gracias a Filippo Brunelleschi y sus estudios sobre la perspectiva, en los cuales trataba de demostrar que se podía engañar al cerebro con la idea de una falsa profundidad, al trazar correctamente objetos tridimensionales sobre un plano. Entre los años 1416 y 1420, Filippo Brunelleschi, para poder representar los edificios en perspectiva, realizó una serie de experimentos con la ayuda de instrumentos ópticos; con ellos, descubrió los principios matemáticos y científicos que rigen la perspectiva. Uno de esos principios es que los objetos parecen más pequeños cuanto más lejos están. Sus logros se describen en De Pictura, un tratado sobre la pintura escrito por León Battista Alberti.
Desafortunadamente esta primer pintura de un objeto tridimensional correctamente trazado, se ha extraviado con el pasar del tiempo; sin embargo, aun podemos ver el edificio que inspiró a Filippo Brunelleschi a realizar aquella pintura; se trata del Baptisterio de San Juan en Florencia, Italia.
Otra aportación importante al desarrollo de la perspectiva dentro de la pintura y el dibujo, fue sin lugar a dudas la cámara oscura, la cual fue utilizada por primera vez, con fines artísticos por Leonardo Da Vinci.
La cámara oscura es el principio fundamental de la fotografía; sin embargo, también tuvo su importancia en el desarrollo de la pintura y el dibujo, ya que permitía reflejar sobre un plano la imagen que el artista deseaba reproducir, permitiendo al artista dibujar las líneas correspondientes sobre dicho reflejo, obteniendo imágenes con una perspectiva perfectamente trazada.
Gracias al trabajo y los descubrimientos de estos importantes personajes, toda una generación de artistas logró inspirarse a crear arte revolucionarío; que hasta el día de hoy nos sigue sorprendiendo, durante el periodo conocido como el Renacimiento.

Fue tal el poder de persuasión de la teoría de la perspectiva renacentista que durante siglos nunca se puso en tela de juicio que la construcción perspectiva correcta pudiese no corresponder exactamente con la visión real. En realidad, el proceso renacentista era fuertemente abstracto y para que se produjese la mencionada coincidencia presuponía un punto de observación fijo a una distancia determinada con visión de un sólo ojo perfectamente inmóvil.

El principio de la perspectiva originó, en el siglo XV, una completa revolución, que encerraba una extrema y violenta ruptura con la medieval concepción plana y desarticulada del espacio, que constituye su expresión artística.
La perspectiva no fue el descubrimiento de una sola persona; fue la expresión de toda una época.

Perspectiva del Campidoglio, en Roma. Miguel Ángel diseñó la composición de esta pequeña plaza: dispuso los edificios laterales confluyendo hacia el fondo para reforzar la sensación de profundidad.




El concurso de las puertas del Baptisterio de Florencia

Hacia 1330 el escultor Andrea Pisano será el encargado de hacer una puerta con relieves de bronce para la fachada sur del Baptisterio de Florencia. Consta de veintiocho relieves enmarcados en cuadrifolios en los que se alude a episodios de la vida de San Juan Bautista junto a imágenes de profetas.
En el invierno de 1400-1401 el Arte dei Mercante di Calimala, gremio que reunía a los grandes comerciantes de la ciudad y al que correspondía el embellecimiento del edificio, consideró que se debía sustituir una de las dos puertas de madera que quedaban por una nueva de bronce. Acordaron convocar un concurso público para que el artista más capaz de la ciudad fuera el encargado de la realización de la obra. Se eligió como temática el sacrificio de Isaac y se especificó que la forma del marco debía ser tetralobular.
Siete escultores compitieron, incluyendo a Lorenzo Ghiberti, Filippo Brunelleschi, Donatello y Jacopo della Quercia, ganando la competencia Ghiberti, de 21 años. Brunelleschi estuvo tan desilusionado por este resultado que partió a Roma para estudiar arquitectura y nunca más volvió a esculpir.

De los siete escultores finalistas, sólo quedan las pruebas realizadas por Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti.  
A Ghiberti le tomó 21 años completarlas. Estas puertas de bronce, consisten en 28 paneles, con 20 paneles representando una escena bíblica del Nuevo Testamento. Los 8 paneles inferiores muestran a los cuatro evangelistas y las iglesias San Ambrosio, San Jerónimo, San Gregorio, y San Agustín. Los paneles están rodeados por un marco de hojas y bustos dorados de profetas en la intersección de los paneles. Originalmente instaladas en el lado este, en el lugar de las puertas de Pisano, fueron posteriormente movidas al lado norte. Son descritas por Antonio Paolucci como "el evento más importante en la historia del arte florentino del primer cuarto del siglo XV". Las puertas del baptisterio son una copia de las originales (situadas en el Museo dell'Opera del Duomo).
Las estatuas de bronce de la puerta norte representan a "Juan Bautista rezándole a un fariseo y a un saduceo". Fueron esculpidos por Franceso Rustici y son superior a cualquier escultura que él mismo hubiera realizado antes. Rustici puede haber sido ayudado en su diseño por Leonardo da Vinci, quien lo asistió en la elección de sus herramientas.
Ghiberti ahora era ampliamente reconocido como una celebridad y el artista más prominente en este campo. Fue abarrotado de trabajo, incluso del mismo papa. En 1425 tuvo una segunda adjudicación, esta vez para las Puertas este del baptisterio, donde él y su taller (incluyendo a Michelozzo y Benozzo Gozzoli) trabajaron durante 27 años, superándose a sí mismos. Estas puertas tenían diez paneles representando escenas del Antiguo Testamento  (Adán y Eva; Caín y Abel; Noé; Abraham; Esaú y Jacob; José; Moisés; Josué; David; y Salomón),  y fueron a su vez instaladas en el lado este. Estos paneles son rectángulos largos y no están más incrustados en el tradicional rosetón gótico, como en las puertas anteriores. Ghiberti empleó los principios, recientemente descubiertos, de "perspectiva de profundidad" a sus composiciones, cada panel representa más de un episodio. En la "Historia de José" se retrata el esquema narrativo de José llevado por sus hermanos al pozo, José vendido a los mercaderes, Los mercaderes entregándole a José al Faraón, José interpretando el sueño del Faraón, El Faraón rindiéndole honores, José envía sus hijos a Egipto y José reconoce a sus hermanos y vuelve a casa.
De acuerdo a la obra de Vasari llamada Vidas de los mejores pintores, escultores y arquitectos, este panel fue el más difícil de realizar pero también el más hermoso. Las figuras están distribuidas en un bajorrelieve en un espacio de perspectiva (una técnica inventada por Donatello, la cual se llamó rilievo schiacciato, que literalmente significa "relieve aplanado".) Ghiberti utiliza diferentes técnicas esculturales, desde líneas fijas hasta figuras casi libres, con los paneles acentuando aún más el sentido del espacio.
Los paneles están incluidos en un marco dorado decorado de hojas y fruta, muchas estatuas de profetas y 24 bustos. Los dos bustos centrales son representaciones del propio artista y de su padre, Bartolomeo Ghiberti.
Miguel Ángel se refiere a estas puertas como las "Puertas del Paraíso", y ese nombre aún perdura.
Las "Puertas del Paraíso" que se encuentran actualmente en el baptisterio son reproducciones en bronce, colocadas en 1990 luego que se determinara que los originales se estaban deteriorando, y sólo podrían ser salvadas si se las llevaba a algún lugar cubierto. Los originales se encuentran cerca del Museo dell'Opera del Duomo, preservados en contenedores llenos de nitrógeno. Una de las pocas copias hechas en la década de 1940 se encuentra instalada en la Catedral Grace, en San Francisco.


BRUNELLESCHI

FILIPPO BRUNELLESCHI
Artista italiano, uno de los maestros fundamentales de la transición hacia el renacimiento. Brunelleschi nació en Florencia en 1377, donde recibió una temprana formación como orfebre. Sus aportaciones, como la recuperación de los motivos clásicos y la capacidad para trasladar a sus obras las leyes matemáticas de la proporción y la perspectiva, le convirtieron en el primer arquitecto de la edad moderna. Murió en Florencia en 1446.
Es conocido, sobre todo, por su trabajo en la cúpula de la catedral de Florencia. Pero también por que, junto con el pintor Masaccio, fue el primer maestro renacentista que recopiló las leyes de la perspectiva. Realizó dos pinturas siguiendo estas leyes, quizá entre 1415 y 1420, y también se cree que pintó el fondo arquitectónico de una de las obras primitivas de Masaccio.
La influencia de Brunelleschi fue enorme entre sus contemporáneos y sus sucesores inmediatos, e incluso ha llegado hasta el siglo XX, dado que muchos arquitectos modernos lo consideran como el primer arquitecto racionalista.
Brunelleschi fue un artista innovador en varias disciplinas
 Brunelleschi y la pintura
Su primera gran obra fue teórica, al ser el primero que formula las leyes de la perspectiva cónica, un sistema de representación gráfico basado en la proyección de un volumen sobre un plano auxiliándose en rectas proyectantes. Fue un elemento clave de la pintura renacentista, pues es la representación que más se aproxima a la visión real, al ser muy similar a la imagen que percibimos de los objetos.
Brunelleschi escultor
Decidido a ganarse la vida como escultor, participó en un concurso que consistía en realizar los bajorrelieves de las puertas del Baptisterio de Florencia, en 1401, en los que se tenía que representar el sacrificio de Isaac dentro de un marco poli lobulado; tenía que aparecer Abraham, Isaac, un ángel, dos sirvientes con un asno, leña y un cordero o una oveja. Quedó en segundo lugar, por no ceñirse a las bases y hacer un altar que parece estar llevado por el asno, además, el rostro de Abraham aparecía con expresión irritada; este hecho hizo que se inclinase por la arquitectura en exclusiva.
Brunelleschi arquitecto
Filippo Brunelleschi fue el iniciador de la arquitectura de estilo renacentista.
La cúpula de la Catedral de Florencia o Santa María de las Flores, es su obra más famosa y más controvertida. Esta enorme cúpula no sólo destaca sobre el conjunto de la iglesia sino que es una referencia visual en toda la ciudad de Florencia.
La catedral de Florencia es gótica y fue realizada por Arnolfo di Cambio, pero estaba sin concluir pues se encontraba sin abovedar el crucero.

Por la altura del edificio, la cúpula que cubriera dicho crucero no podía ser totalmente semiesférica por posibles problemas en el sistema de empujes y contrarrestos de fuerzas. Su proyecto, que representó una gran innovación no sólo artística, sino también técnica, consistía en la superposición de dos bóvedas esquifadas, octogonales, una dentro de otra, que estaban hechas de ladrillo, divididas en tramos a modo de gajos. Esta disposición permitía un reparto de esfuerzos junto con una ligereza excepcional, y se convirtió en el modelo constructivo de cúpula durante varios siglos. El arquitecto florentino partió de la necesidad de una estructura de ocho nervios, que discurren por el exterior y sirven de apoyo para el resto de los elementos decorativos, como los relieves con motivos arquitectónicos, las ocho ventanas circulares, que proporcionan iluminación cenital al interior del crucero y la elegante linterna que culmina el conjunto. Por primera vez en la historia una cúpula ofrecía el mismo aspecto estructural en el interior que en el exterior.
     En otros edificios florentinos, como la iglesia de San Lorenzo (1418-1428) y el hospital de los Inocentes (1421-1455), Brunelleschi perfeccionó su estilo austero y geométrico, inspirado en la antigua Roma y completamente diferente del gótico florido que prevalecía en su época.
Inspirada en las basílicas paleocristianas que Brunelleschi estudió, la Basílica de San Lorenzo es un templo con planta de cruz latina de tres naves, planteada bajo un esquema 2-1, es decir con la nave central más alta y ancha.
En el interior, la nave central tiene el techado plano acasetonado y las naves laterales se cubren con concatenación de bóvedas vaídas. La separación de las naves se establece mediante columnas de orden compuesto y sobre ellas un entablamento completo en el que descarga cada arco de medio punto, consiguiendo mayor altura de una manera armónica.
En el crucero dispuso de cúpula como cerramiento.
La Basílica del Espíritu Santo es de estilo similar.
 El Hospital de los inocentes (1419-1444),  es un edificio de gran horizontalidad. En el cuerpo inferior se dispone de un pórtico con arcos de medio punto sobre columnas de orden compuesto, que se independiza visualmente del resto de la construcción. En las enjutas de los arcos hay tondos o medallones con figuras blancas (bebés que piden) sobre fondo azul.
Es el único elemento figurativo, ya que Brunelleschi desnuda esta fachada del Hospicio de los Inocentes del resto de elementos decorativos.

Hacia el final de su carrera, sobre todo en edificios como la inacabada iglesia de Santa Maria degli Angeli (comenzada en 1434), la basílica del Santo Spirito (comenzada en 1436) y la capilla Pazzi  (comenzada en 1441), todos ellos en Florencia, abandonó el estilo lineal y geométrico para adoptar otro más escultórico. En el primero de los edificios citados, por ejemplo, el interior no está compuesto sólo por muros planos, sino que éstos alternan con profundos nichos que se abren hacia un espacio interior octogonal. Este estilo, con sus rítmicos contrastes entre v
acíos y llenos, fue el primer paso hacia el renacimiento tardío de Miguel Ángel, que a su vez inspiró a los arquitectos barrocos.